Las quemaduras no solo afectan la piel, sino que pueden causar alteraciones sistémicas graves e incluso la muerte. La atención adecuada durante la emergencia es crucial para evitar complicaciones y mejorar la evolución del paciente. Sin embargo, existen errores frecuentes en la valoración y planificación de las curas iniciales, lo que aumenta los riesgos. Además, entre los profesionales no especializados hay disparidad de criterios en el tratamiento, y algunas pautas pueden ser incorrectas. 

Por ello, es fundamental actualizar los conocimientos sobre la valoración y tratamiento de quemaduras, incluyendo su seguimiento y curas menores.